Una de las cosas que más me llamó la atención en Paris fue la Iglesia Saint Chapelle. Esta capilla que se encuentra a escasos metros de la Catedral de Notre Dame, fue sin dudas para mi lo mejor de todo mi recorrido por Paris.

Construida en un tiempo récord de 7 años, la Sainte-Chapelle alberga las reliquias más preciadas de la cristiandad, como la Corona de espinas de Jesucristo, adquiridas por San Luis. Esta Capilla que representa una goya del estilo gótico, te deja sin palabras desde el primer momento. Sus famosos vitraux son sin duda lo más lindo que he visto lejos en una Iglesia. Lo ideal es siempre visitarla durante el dia y con sol, cosa que permita el paso de la luz a través de la mismo, deleitando con una imagen imborrable.

La historia de la capilla comienza en 1241 cuando fueron llevadas hasta Francia, desde Siria y Constantinopla, la corona de espinas, parte de la cruz, el hierro de la lanza, la esponja y otras reliquias del martirio de Jesucristo, que habían sido adquiridas por el rey Luis IX a Balduino II, último emperador latino de Constantinopla. El rey francés acudió a recibir estas sagradas reliquias y él mismo entró en París con ellas, descalzo, depositándolas de forma provisional en la capilla de san Nicolás de su palacio, hasta tanto se construyera una capilla digna de las reliquias. La Sainte Chapelle se inició probablemente en 1241 y fue consagrada en 1248.

Cuando ingresen se van a encontrar con dos capillas superpuestas, una en la planta baja, y otra en la planta alta (que es donde se encuentran los famosos vitrales). Por lo que se sabe, la inferior era para la gente común, y la superior para la corte del rey, como era costumbre en las construcciones de los palacios reales de la Edad Media. En principio, no se podía acceder a la capilla alta más que por medio de las galerías superiores del palacio ya que no se contempló la construcción de una escalera exterior.

Cuando ingresamos a la capilla inferior me sorprendió mucho observar la pintura de estrellas en el techo abovedado, y como se mantienen los colores incluso hasta de las paredes y columnas, muy probablemente a que ingresa en este recinto muy poca luz natural. Las columnas azules decoradas con flores de lis, símbolo de la realeza francesa, y las columnas rojas decoradas con castillos de oro, símbolo de Castilla, por ser Luis IX hijo de Blanca de Castilla se mantienen intactas.

En la Capilla superior, obviamente lo que resaltan son los enormes vitrales que representan escenas religiosas. Fueron diseñadas situando a los personajes reales según sus cargos, así las que representan al rey David o al rey Salomón están situados cerca del rey. En cambio el vitral en forma de rosetón, de 9 metros de diámetro, representa el Apocalipsis.

La Iglesia puede visitarse todos los dias y el valor de la entrada es tan solo de 9 euros, y la misma está incluida dentro de la Paris Museum Pass.

Eso si, preparense para una fila lenta, ya que para poder ingresar a la misma hay que sortear un control de seguridad como el de los aeropuerto y la realidad es que no tienen muchos escaners (tan solo 2) para cubrir la cantidad de gente que lo visita. Por otro lado, si sufren de claustrofobia, puede que tengan algun que otro problema con la escalera que conduce a la misma, ya que es angosta y puede ser bastante cerrada.

Si llegan a ir a Paris, no se pierdan esta hermosa joya arquitectónica, que en mi humilde opinión, vale mucho más la pena que la propia Catedral de Notre Dame.

XOXO,

Emilia