Antes de comenzar a escribir este post sobre este restaurante en Lisboa, quiero aclarar que no soy mucho de recomendar lugares para comer en los viajes. En primer lugar porque comer afuera estando de visita en una ciudad por primera vez a veces no es tarea fácil.
Si bien, muchas personas por lo general acuden a post en blogs como el mio, otras recurren a herramientas para viajeros como TripAdvisor, pero lo que a mi siempre me ha servido mejor es utilizar la app de Foursquare para poder capturar los lugares BBB (Buenos, Bonitos y Baratos) que se encuentren en un lugar cercano a donde yo estoy. Y eso es lo que yo siempre recomiendo también hacer a todo el mundo que me pregunta.
Y en segundo lugar, porque sobre gustos y sabores y presupuestos podemos no tener los mismos parámetros, con lo cual donde comer estando de viaje es una decisión personalisima.
Sin embargo, decidí escribir este post, para contar mi experiencia en una de las ciudades europeas que en los últimos tiempos se ha caracterizado por contar con una excelente oferta gastronómica (y porque no también decir económica). Lisboa se ha transformado en los últimos años en la capital preferida de los viajeros del mundo para comer y beber muy bien y barato.
Yo para no perder la costumbre utilicé Foursquare en todo momento. Y es que caminando y visitando diferentes lugares se nos pasa el tiempo y es el estómago el que nos recuerda que quizás seria una buena idea parar para comer, y yo no sé ustedes, pero cuando a mi me empieza a rugir el estómago no tengo ni mucho tiempo ni mucha paciencia para ir moviéndome grandes distancias para comer en algún lugar lejano.
Fue asi, que terminé un mediodia en la que estabamos paseando por las calles de Lisboa en el Restaurante Bairro do Avillez. Entramos a Foursquare, vimos que era lo que habia que cercano, y que estuviera bien recomendado y alli fuimos. Nunca nos ibamos a imaginar la sorpresa con la que nos ibamos a encontrar….Una vez llegados al lugar nos recibió una señorita que nos ofreció dos opciones: Sentarnos en la parte de adelante del restaurant (la llamada Taberna) en donde se servían bebidas y tapas o en la parte del fondo (el pátio) en donde podíamos comer a la carta. Asi lucía la Taberna muy pintoresca y muy al estilo bar de tapas español con los jamones colgando.
Habiamos estado por España hacia tan solo dos dias, y ya nos salían las tapas por los oídos, y además para poder sentarnos en «La Taberna» debíamos esperar al menos 20 o 30 minutos. Ni lo dudamos, vamos al pátio a comer como Dios manda. Asi fue que nos condujeron por un pasillo hacia el fondo del local, atravesando todo el sector de La Taberna.
Cuando llegamos al pátio, el mismo no era ni más ni menos que un gran patio techado y reformado con mucha luz y hermosamente decorado. Mesas de sobra para que elijamos a nuestro gusto y piaccere.
Los detalles en la decoración del salón recordaban a lo que había sido una antigua casona de Lisboa, y claro con todas las reminiscencias típicas de Portugal.
Nos ubicaron en una mesa, que tenia una puesta muy de bodegón y para nada pretenciosa. Individuales de papel, con vajilla de metal y servilletas de tela.
Nos atendieron enseguida y pedimos nuestros platos junto con un vino verde típico de Portugal y una botella de agua sin gas.Mientras esperábamos nuestros platos comenzamos a leer un poco más sobre los comentarios y reseñas del restaurante, y fue alli que vino la sorpresa…. El chef del restaurante era ni más ni menos que José Avillez, quien fuera premiado con dos estrellas Michelin por otro de sus restaurantes en dicha ciudad, Belcanto. O sea lo que estábamos por experimentar era un menú diseñado y supervisado por un verdadero Chef «estrellado».
Asi fue que llegaron nuestros platos, los cuales degustamos con gran expectativa.
Róbalo grillado con puré de papas cremoso, feijao verde y dashi para mí.Para mi marido uno de los especiales de la casa, Arroz de pescado fresco, coentro y menta.
Eso que ven en la foto que parece una aceituna, no es una aceituna normal, sino una aceituna liquida. La explosión de sabor que invadió mi boca cuando cuando la probé junto con el arroz, fue una cosa alucinante. Claramente estábamos en un restaurante de estrellas Michelin, mismo no haya sido directamente premiado, se nota la mano del chef.
Ambos platos estaban increíbles. Sin embargo el detalle de la aceituna fue lo que más me volvió loca.
A continuación llegó el momento de elegir el postre. Decidimos así compartir la torta de chocolate y acompañarla con rico café.Muy rica la torta, parecía casi como un volcán de chocolate solo que menos liquido y más cremoso.
Realmente comer en este restaurante de Estrellas Michelin fue una muy grata sorpresa. De yapa les dejo un video de un capitulo de cuando el chef José Avillez fue protagonista en el show No Reservations de Anthony Bourdain.
XOXO,
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