Esta es una crónica de vuelo un poco viejita que me había quedado pendiente de escribir pero que no quería dejar de hacer ya que la vuelta de este viaje fue uno de los motivos que me llevaron a escribir este otro post un tanto duro sobre mi experiencia con LATAM en los últimos 2 años.
Todo comenzó con este vuelo hacia la Ciudad de Mexico DF con escala en Santiago de Chile el dia 13 de Octubre del 2018.
El primer vuelo que debía tomar era el LA442 desde el aeroperto de Ezeiza hacia Santiago de Chile en una aeronave Airbus 320 a las 19:38pm.
Asi fue que llegué al aeropuerto de Ezeiza con un par de horas de anticipación.
En la fila del check in no había mucha gente y el personal de la aerolinea dividía a las personas en distintas filas dependiendo el destino y horario de vuelo.
Una vez realizado el check in me dirigí directo hacia el piso de arriba para pasar por el control de seguridad y Migraciones, que estaban relativamente vacíos.
Acto seguido, fui a la puerta de embarque a sentarme a esperar por el vuelo, ya que al viajar sola estaba sin acceso al Salón VIP.
La puerta de embarque era la número 12 y así lucía.
Unos 20 minutos antes de que llamaran a embarcar ya se habia formado una fila importante de gente, interrumpiendo el paso a todo el mundo.
Cuando llamaron al embarque (por filas) y fui a ubicarme en mi lugar en la fila, me encontré con una escena aún peor. Pasajeros discutiendo con personal de la aerolinea GOL por un vuelo cancelado hacia Rio de Janeiro.
La gente estaba muy molesta y más de uno le gritaba sin piedad al pobre empleado de GOL que vaya uno a saber que estaba explicando.
Finalmente llegó mi hora de embarcar, y para nuestra desgracia nos tocó el embarcar por posición remota, es decir, via micro, y tuvimos que bajar todos por escaleras fijas 🙁
Pero como dice el deicho, a mal tiempo buena cara, ya que subiendo por el micro pude tomar unas instantáneas memorables de la pista y del avión al atardecer.
Inmediatamente fui a buscar mi asiento que era el 8C, en el pasillo porque obvio yo soy #TeamPasillo y no me gusta estar encerrada. Así lucía la cabina desde allí.
Desde las filas 1 a 7 ya se podian observar unos carteles indicando que eran las filas preferenciales con mayor espacio y por las cuales hay que abonar un valor extra.
Aproveché a tomar algunas instantáneas más antes de partir.
Despegamos con algunos minutos de demora y cuando llegamos a la altura crucero empezaron a servir un snack que consistía en un sandwich o muffin a elección y una bebida (té, café, agua, jugo o gaseosa), acompañado de un bon o bon.
El vuelo fue muy tranquilo, y los TCP muy serviciales. Todo según la planificado.
Una vez aterrizados en Santiago, nos tocó otra vez posición remota y aproveché de nuevo para tomar fotos de la aeronave al completo desde el omnibus.
Desde allí me dirigí hacia el área de conexiones internacionales siguiendo los carteles que asi lo indicaban.
Hasta aqui llegaré con esta crónica de vuelo que continuará en un próximo post contando la experiencia de vuelo hacia la Ciudad de México DF.
XOXO,
1 Comment on Crónica de vuelo Buenos Aires – Santiago de Chile con LATAM