El pasado mes de Enero el corresponsal internacional de este Blog (lease mi marido) tuvo que viajar por trabajo a la ciudad de Cleveland en los Estados Unidos.
Decidió comprar los vuelos a través Aerolineas Argentinas en vuelo directo a New York para luego conectar allí con Delta que es aerolinea asociada de SkyTeam y posee a su vez código compartido con AR. Todos los vuelos comprados en Clase Económica con una franquicia gratuita de 2 valijas despachadas de 23kgs cada una.
La decisión de volar por Aerolineas fue más que nada para aprovechar que recientemente había conseguido la categoría Platino de ARPlus en la campaña de matcheo que hicieron hace pocos meses y que conté aqui.
Al poco tiempo de haber comprado el pasaje coincidentalmente Aerolineas Argentinas también había anunciado nuevos beneficios para los pasajeros de la Categoría Platino, entre los cuales se encontraba el acceso gratuito automático al upgrade de cabina Business (o mejor conocida como Club Condor).
Gracias a ese nuevo beneficio pudo acceder a dicho upgrade de cabina tal y como comenté en otro post.
Por ese motivo realizó el check in online 24 horas antes del vuelo (apenas abrió).
Cuando llegó al aeropuerto, pasó por la fila de embarque prioritario de SkyPriority.
El vuelo era el nocturno número AR1300 programado para partir a las 23:30hs desde Ezeiza en una aeronave Airbus 330.
Luego del check in y despacho de valijas con su correspondiente etiquetado de Prioritario, procedió a dirigirse al Salón VIP Club Condor de Aerolineas Argentinas (que será reseñado en otro post).
Al momento del embarque fue cuando le cambiaron el boarding pass confirmandole así que había accedido al upgrade de cortesía a la cabina Club Condor..
El embarque fue una desorganización total, ya que las filas no estaban bien delimitadas y no había nadie del personal de la aerolinea organizando las mismas, lo cual impedía que los pasajeros Priority pudieran embarcar antes que el resto.
Luego vino el proceso estándar de control de seguridad que se realiza en todos los vuelos hacia Estados Unidos en donde se revisan todos los equipajes de mano.
Al subir al avión se encontró con una cabina bastante moderna y con una configuración 2-2-2 y tan sólo 8 filas dedicadas a la clase Club Cóndor. Lo que la hace más intima que en otras aeronaves.
Las butacas tenían como era de esperar gran espacio, y había una manta muy buena, una almohada, auriculares grandes y un kit de ammenities de cortesía.
El Kit era unisex de la marca Salvatore Ferragamo (la misma marca de LATAM) y contenía: un cepillo de dientes y pasta dental, un par de medias, un antifaz, una bolsa para guardar los zapatos, un peine para el cabello, protectores auditivos, una crema para manos y un bálsamo labial.
Inmediatamente luego del embarque, pasaron ofreciendo una copa de champagne de cortesía, agua y unos snacks para pasar el tiempo.
Mientras todos se acomodaban en sus asientos aprovechó para disparar una foto de la cabina de los oficiales y comandante.
Luego aprovechó para recorrer un poco el sistema de entretenimiento a bordo el cual contaba con algunas películas argentina, algunos clásicos de Hollywood y algunos estrenos. Todas con subtitulos en español.
La pantalla, completamente táctil era de un tamaño mayor al habitual.
El despegue fue tranquilo, y una hora después del mismo pasaron repartiendo el menú y a tomar los pedidos de elección de cena.
Entre las opciones de comida había una única entrada, y de plato principal había Salmón, Pollo y Pasta. De postre Queso y dulce y una paleta de Helado de la reconocida marca porteña Lucciano’s.
Entre las opciones de bebidas, habia jugos, gaseosas, cervezas y vinos blancos y tintos (en su mayoría de la bodega Nieto Senetiner).
El corresponsal decidió ir con la opción del Salmón que venía acompañado con unos cebollines, morrones, berenjenas y tomates cherry.
Y parece que se portó bien, ya que ligó doble postre, que venía acompañado de té o café.
Todas las comidas eran servidas con vajilla real (no de plástico).
Luego de la cena, el corresponsal procedió a ubicar el asiento en posición horizontal para dormir, y aunque el mismo no se reclinaba en 180 grados estaba muy cerca de hacerlo y pudo dormir bastante bien.
Una hora antes de aterrizar pasaron a servir el desayuno, y el mismo consistía en una infusión (té o café con o sin leche), un yogurt de frutas, un sandwich de jamón y queso, un quiche de queso, granola, pan, manteca y mermelada. Bastante completito.
El vuelo fue súper tranquilo y más rápido de lo habitual ya que aterrizó con 54 minutos de antelación, y así lucía el aeropuerto de JFK en la ciudad de New York.
Era la semana anterior al super temporal de nieve que azotó el pais del norte, y ya se podía observar una precuela de lo que se venía.
La tripulación fue muy simpática y amable en todo momento del vuelo.
Era la primera vez que el corresponsal volaba en un vuelo de larga distancia internacional con Aerolineas Argentinas y a pesar del caos en la puerta de embarque, la experiencia en general le pareció muy buena y volvería a repetir.
Sin lugar a dudas esto tiene que ver en parte a que la aerolinea se puso las pilas con los beneficios de los pasajeros Elite Priority, asique muy bien por ellos.
XOXO,